3/5/10

MI CASA ES UN DESASTRE SIN TU RISA

Suena desesperado pero daría la vida por leerte un minuto más la Biblia y rezarle a Mamá Maurita, como hacíamos todas las noches antes de dormir.
Aunque a veces no te pienso, siempre estás presente, todos los días, a cada minuto. Nada me haría más feliz que volver a verte sólo un segundo, pero estoy haciéndome a la idea de lo imposible que es eso y estoy cargando con la mochila de aceptar que vas a faltar a muchos momentos de mi vida.
Yo sólo sé que no es justo.
Sé que te extraño y que hay momentos en que sólo pienso en seguir de largo en el colectivo porque no quiero volver a casa para ver que no estás. ¿Sabés lo que es no escuchar tu risa ni tu voz? La triste ironía de guardar el número de casa en el celular con "MAMÁ"... pero Mamá no llama. No puede llamar.
Sabés cuánto sufro cuando las personas que conozco maltratan a sus madres... lo que daría yo por poder darte un abrazo y algunos/as ni las saludan cuando llegan a casa. ¡Qué injusta es la vida! Un sólo segundo... volver a verte un sólo segundo sería... paz. Si, sería estar en un campo lleno de flores, mintiéndome, creyendo que nada pasó, que seguís acá y que estabas de viaje... a un lugar del cual no te dejaban volver.
Nada, otra vez el nudo en la garganta que también ata mis manos, ya no quiero escribir. Es tarde, me levanto en poco más de seis horas. Rindo el miércoles. ¿No estaría bueno el viaje eterno en colectivo sin destino seguro para ese día? Porque "MI CASA ES UN DESASTRE SIN TU RISA"

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