19/12/09

Oda a la vida, Anónimo

El amor no desaparece jamás.
La muerte no es nada.
Tan sólo estuve de paso por la habitación de al lado.
Yo soy yo. Tú eres tú.
Siempre seremos lo que éramos el uno por el otro.

Llámame con el nombre que siempre me diste.
Háblame como siempre lo hiciste.
No uses un tono diferente.
Sigue riendo de todo lo que nos hacía reír juntos.
Reza, sonríe, piensa en mí, ora por mí.
Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre.

La vida significa lo mismo de siempre.
Es lo que siempre ha sido.
El hilo no se ha cortado.

¿Por qué habría de estar fuera de tu pensamiento
simplemente porque estoy fuera de tu vista?

Te espero, no estoy lejos...
Exactamente del otro lado del camino.

Lo ves. Todo está bien.

Para mi Mamá, perdón por no cumplirlo al pie de la letra, aún duele tu ausencia y va a doler para toda la vida. Te extraño hoy tanto como el primer día que dejaste de estar con nosotros.
Carolina

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno